Leo Caldas, policía con retranca, Galicia a tope, y su adlatere, Estévez, maño de pro. Un dúo imparable. Y los ojos de un muerto con un color indefinido. Y empresarios y laboratorios. Y bares y mesones de la tierra donde mejor se come del mundo entero.
Un "maderomaduro", con más conchas que un galápago, tranquilo y cachazudo, descreído "ma non tropo" y su compañero testarudo e impaciente, y las miserias de las ciudades y de las personas. Y sus grandezas.
Muy buena. Y producto nacional. Recomendada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario