El detective del LAPD Harry Bosch es un tipo curioso. Vuelve a trabajar después de tres años de retiro, tiene una vida familiar poco menos que absurda, es frío como una cuchilla algunas veces y cuece por dentro otras. Le encomiendan un caso abierto, un homicidio sin resolver desde hace diecisiete años y con trampa. Y va y lo soluciona.
El personaje central, que me ha gustado, también me ha desconcertado un poco. Le hubiera preferido un poco menos moral y un poco más agresivo. Algunos de los secundarios son excelentes, tanto policías como implicados. Y muy interesante el manejo de la información en función de las circunstancias.
Es buena y la recomiendo.
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