Una novela negra tirando a multicolor. La historia de un asesino ciego, de un “periodista” ido, de una novia atolondrada, de dos investigadores siniestros y de toda la fauna pobladora de ese nicho ecológico que llamamos gran ciudad.
Muy divertida, muy cruel, muy disparatada. Por todo ello, un fiel reflejo de la realidad. Aunque duela. Gran personaje difuso es todo el vecindario, con sus mezquindades y sus desdichas, con su mala baba y su fantasía.
Yo la recomiendo. Y no perderse la nota biográfica del autor, que me causó tal ataque de risa en el autobús que pensé que el conductor llamaba a los loqueros.
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