Con motivo de los acontecimientos que se están produciendo parece un momento oportuno para recordar una serie de ideas que ya se plantearon hace unos meses en este blog.
(Entrada publicada el 20/12/2010)
Al igual que con los partidos políticos, no concibo unas relaciones laborales en las que no estén presentes los sindicatos y las organizaciones empresariales. Pero dicho esto, me parece que los sindicatos y confederaciones empresariales se han pervertido de tal forma que han dejado de cumplir con las misiones para las que fueron creados en origen, llegando a constituir auténticas superestructuras burocráticas que parece imposible distinguir de las propias administraciones públicas.
Para superar esto, se me ocurre que:
- Al igual que los partidos, estas organizaciones deben sustentarse económicamente de las aportaciones de sus afiliados, sin otras fuentes de financiación.
- Si deciden asumir tareas de formación para sus afiliados o encaminadas a la preparación de trabajadores en paro, deben hacerlo a costa de sus propios recursos o de aquellas ayudas de naturaleza privada a que puedan acceder ( donaciones, patrocinios, dotaciones presupuestarias de instituciones económicas internacionales, etc. ), y nunca siendo costeadas por la administración pública. Entre otras cosas, esto les llevaría a recuperar el valor de la solidaridad.
- La figura del "liberado" constituye una contradicción en sí misma. Quien se aleja de su centro de trabajo, se distancia de los problemas reales de los trabajadores. Pasa a ser un "empleado" del sindicato, con unas condiciones de trabajo completamente diferentes de aquellos a los que pretende representar. Las tareas sindicales deben ( con la salvedad unos reducidos órganos de dirección, cuya composición debería venir fijada por ley ) compaginarse con la actividad laboral ordinaria del elegido, al menos en un porcentaje del cincuenta por ciento.
- No se remunerará económicamente, ni directa ni indirectamente, la presencia de los representantes de los trabajadores en los tribunales de oposición de la administración, ni en cualquier otra actividad similar.
- Si por ley, y en defensa de los intereses de los trabajadores, han de participar en consejos de administración de empresas públicas ( como ejemplo, las cajas de ahorros ), no percibirán por ello ninguna compensación económica.
Y ahora, quedo a la espera de vuestras noticias.
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