Quemado de la televisión, Ángel Martín regresa a sus monólogos viajando por toda España, hablando de sus experiencias personales, de lo que ha vivido, de lo que le han contado, de lo que ha sentido, criticando la televisión y en especial recordando la infancia, y cosas con las que gente de su generación nos hemos sentido tan identificados, al hablar de las nuevas, y sobre todo viejas tecnologías. Con el humor ácido que tanto le caracteriza, con un aspecto Neandertal, Ángel te da la bienvenida, en una sala, “La chocita del loro”, con mesas individuales, ambiente acogedor, cálido y cercano. Nadie como él tiene ese ingenio, esa improvisación, único, inteligente y muy bueno donde los haya; te hace desconectar, olvidarte de lo que pasa ahí fuera, y no parar de reír durante casi dos horas. Puede que tengas a la típica señora que da unas carcajadas que a veces te impiden seguir el espectáculo (él mismo tiene que parar), o el grupo de jóvenes desternillándose, o a una jovencita con un ataque de risa contagiosa que te hace a ti, e incluso al propio actor, reír aun más.
Si quieres pasar un rato agradable, con amigos, parejas, incluso solo, no pases por alto estos monólogos, el dinero de la entrada (bastante asequible, por cierto) merece la pena.
Como el propio Ángel dice, si llega a saber lo que le satisface ver las salas así, sentir que la gente disfruta, viéndole, escuchándole, riéndose, “le hubiesen dado por culo a la televisión mucho antes”.
Ángel Martín – 1, 2, 3… probando
La Chocita del Loro Senator. Gran Vía, 70. Madrid. Martes y miércoles. Desde 16 euros.
Calificación: ««««¶
Clark Kent
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