martes, 17 de enero de 2012

Ojos

Podría controlarme casi en todo momento si no clavase en mí esos ojos. Su melena, su sonrisa, sus curvas…todo podría dejarlo pasar como si no me causase ningún desasosiego. Esa voz levemente ronca y esa forma lenta de hablar, como si todo lo que me dice fuese una confidencia. Sus gestos de coquetería, ese ahuecarse el pelo, esa manera de andar como si no quisiese tocar el suelo. Esa risa cantarina… Podría hacer ver que nada me impresiona hasta que la miro a los ojos. Tiene los ojos negros, tan negros que parecen dos pozos sombríos a cuyo fondo no se puede llegar por más que se quiera, dos ojos abismo, ojos que absorben estrellas, ojos tan negros que marean, ojos en los que se ve el destino, la muerte, la vida, el pasado y los sueños más oscuros.

Me despido y me quedo colgado en sus ojos y camino errante como si siempre caminase hacia sus ojos y regreso a sus ojos después de buscarlos en todos los ojos negros de todas las mujeres del mundo y me duermo en sus ojos soñando con sus ojos. Y me sobresalto cuando sus ojos me miran, porque en lo profundo de sus ojos están las almas de los que fueron y serán, las pesadillas y las quimeras, el tiempo inmóvil y la música más hermosa.

Señor, aparta de mí esos ojos, y que miren a otros horizontes, porque este pobre mortal ya no soporta más lo que esos ojos dicen y lo que esos ojos callan.

1 comentario:

  1. Ella y sus cuatro ojos....
    ...ojos de pegajoso petroleo en el que yaces por milenios, de carbón con su volátil grisú que prende tus entrañas, de cuervo traicionero que saca los tuyos, de azabache cuyo brillo nunca brilla al igual que sus secretos....
    No está mal del todo...;-)

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