Cada libro es una historia y cada historia es una parte de la tuya propia. Este libro llega a mis manos a través de un tortuoso entramado de casualidades, y en un momento de mi vida en que los finales empiezan a ser más numerosos que los principios.
Es una cuestión de fe el creer o no creer la aventura de este psiquiatra norteamericano y su paciente hipnotizada. Uno busca muchas explicaciones, muchos intérpretes, para una narración llena de incógnitas. Y para mí, la más difícil de entender, es como yo, precisamente, el más escéptico de los escépticos, acabé aterrorizado por las coincidencias. Menos mal que tengo a Albert, con esa conjunción sublime de inteligencia y serenidad, que, si no, el que acaba en el diván soy yo. Y aún así sigo haciéndome preguntas…
Bueno, que me pierdo…El libro está curioso de leer y tiene una virtud que no tienen otros libros: te hace pensar en cosas en las que, por sistema, no sueles pensar nunca.
Recomendable para mover la cabeza, el corazón y el alma.
Me estan entrando ganas de leer el dichosos libro.Si ha conseguido perturbar al ácido de Diógenes seguro que tiene manteca en su interior. Ya te contaré..
ResponderEliminarYo vengo perturbado de casa, amigo....
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