Nadie vale más que otro

Cuatro de crímenes a la española, incluyendo uno con inmigrantes, que los inmigrantes ya son tan españoles como los españoles. Cuatro crímenes de verano, con un Rubén Bevilacqua sucesor de Plinio en lo del apiole en zonas rurales, con Chamorro en lugar de Don Lotario, pero con el mismo espíritu de que en esta tierra, a la que te descuidas te sale ese asesino que llevas dentro y te llevas por delante lo que haga falta.

Y la herencia de Manuel González se manifiesta en ese manejo de la paciencia, del chismorreo popular, de la idiosincrasia de este pueblo, que por más años que pasen y más integración europea que quieran vendernos, somos lo que somos.

Otra maravilla de Lorenzo Silva. No me quedan sombreros que quitarme.

Lorenzo Silva 2004

Ediciones Destino

216 páginas