Algo también destacable es el respeto hacia la cultura y tradiciones cristianas. Por ejemplo, centrándonos en cosas curiosas, la costumbre de apagar las luces de los bares en señal de respeto mientras pasa la procesión, e incluso las de todo el pueblo cuando se trata de la "Procesión del Silencio". También muchas localidades tienen una o varias cruces en los cerros de alrededor, donde antiguamente se subía con el cura para hacer la bendición de los campos.
Y ya que estamos con procesiones quiero recordar las famosas "procesiones marineras", que se celebran el día 16 de julio con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, en la que se lleva su imagen en una barca por las inmediaciones del puerto, mientras los lugareños navegan a su alrededor con infinidad de embarcaciones de todo tipo haciendo sonar sus bocinas. Son muy famosas, por ejemplo, la de San Vicente de la Barquera en Cantabria o la de Bayona en Pontevedra, pero se celebran infinidad de ellas por todo el litoral español.
Guadix (Granada) |
Un edificio muy curioso que todavía se conserva en muchas localidades es el de las antiguas escuelas, con sus carteles de "Niños" y "Niñas", diferenciando las aulas por sexos como era antiguamente. Hoy en día todavía se mantienen estos carteles a modo de recuerdo, por ejemplo en Cogolludo (Guadalajara).
Un elemento muy característico de muchos pueblos es el rollo o picota, donde en el medievo se ajusticiaba a ladrones, asesinos y maleantes para escarnio público. Su función era un tanto lúgubre, pero algunos se conservan en buen estado y son preciosos, como los de Almorox y Ocaña en la provincia de Toledo, o el de Villalón de Campos en Valladolid, posiblemente el más bello de España.
Buitrago de Lozoya |
Tras los castillos, quiero ahora mencionar las hermosas plazas de toros que tienen muchas localidades. Algunas son muy rústicas, de piedra, en sintonía con la arquitectura del pueblo. Las de Brihuega (Guadalajara), Burgo de Osma (Soria) y Béjar (Salamanca) son buenos ejemplos. En San Martín del Castañar, también en Salamanca, está la más curiosa, rudimentaria y hermosa al mismo tiempo que yo he visto.
Citaremos también un par de fiestas muy típicas del mundo rural. Me refiero a la fiesta del Mayo, que consiste en que los mozos del pueblo, ayudándose de cuerdas, pingan un pino altísimo en la plaza del pueblo, el día primero de mayo, a modo de bienvenida de la primavera. La otra es la fiesta de los quintos, que antiguamente organizaban los mozos que se iban a la "mili" con el fín de recaudar dinero y que, aunque ya ha perdido su sentido original, se sigue celebrando con una finalidad puramente festiva.
"Tomatina" de Buñol |
Mencionaremos ahora tres objetos muy rurales, extendidos también a las ciudades, y en torno a los que tan buenos momentos se pasan: el porrón, la bota y el botijo.
Algo también muy común en los pueblos es llamar a la gente por motes. Algunos son muy graciosos. Citaré varios de mi pueblo: "el mosca", "el bomba", "el ojinegro", "el picharcas", "el vinagre", "el chopera", "el girulo"...
Embalse de Sau (Barcelona) |
Villacreces (Valladolid) |
Hay un acto familiar que se celebra en pueblos y ciudades, pero que no tiene nada que ver segun se celebre en un lugar u otro: son las bodas. Desde luego, en el ámbito rural son más divertidas y ... más largas. No digo que sea siempre así, pero un prototipo de boda rural sería la siguiente: el día anterior los familiares y amigos de los novios se dedican a adornar las calles de alrededor de la iglesia con globos y otros artilugios de fiesta. Por la noche van a la casa de la novia para hacer sobre la puerta un arco de ramas y romero por el que ella pasará por la mañana vestida de novia cuando el novio y la madrina vayan a buscarla, para después ir todos juntos hacia la iglesia en alegre comitiva amenizada por una charanga.
Tras el acto religioso, lanzamiento de cohetes y paseo de los recién casados en carroza tirada por un burro por las calles del pueblo, mientras la charanga ameniza en la plaza un baile-vermut, antes de dirigirse todos al lugar del banquete. Y para terminar, por la noche chuletada en las bodegas, animada igualmente por la charanga.
Esto sí que es una boda, y no lo de las ciudades.
Para ir terminando, quiero tener un recuerdo hacia la serie de televisión de los años 70 "Crónicas de un pueblo", que se rodaba en Santorcaz (Madrid), y que describía muy bien cómo era la vida en los pueblos.
Por último, mi reconocimiento a José Antonio Labordeta, que en el programa de televisión "Un país en la Mochila" supo reflejar muy acertadamente la realidad del mundo rural en España, con sus miserias y sus bondades.
Nada más. Disfruten de nuestros pueblos y..... hasta la próxima.
AOC
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Me apasiona la forma en que cuentas las cosas...Marta.
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