Empezamos en Sangüesa, villa bañada por el río Aragón, el cual se cruza por un espectacular puente de hierro que nos deja junto a la iglesia de Santa María la Real. Tiene ésta una de las mejores portadas-retablo de toda Navarra, con profusión de imágenes y representaciones bíblicas, además de un triple ábside románico y una torre octogonal almenada coronada por una estructura cónica.
Siguiendo por la calle Mayor pasamos por el ayuntamiento, de estilo renacentista, con grandes arcos de medio punto y un buen voladizo con artesonado en planta alta. Cerca está el castillo-palacio del Príncipe de Viana, con dos altos torreones almenados, y que actualmente es un centro cultural. Destacar también la iglesia fortificada de Santiago, con otra buena torre almenada.
Tras abandonar Sangüesa llegamos al Castillo de Javier, cuna de San Francisco Javier, patrón de Navarra. Se trata de un gran edificio de ingeniería defensiva al que va adosado el santuario. Para acceder al interior debemos atravesar tres puertas: una primera, situada en la barbacana, con arco de medio punto y ladronera encima; una segunda de arco apuntado y blasón, de la que salen cadenas para subir y bajar un puente levadizo que salva un foso; y una tercera, también de arco ligeramente apuntado, con tres blasones y ladronera encima, que nos introduce en el recinto principal.
Destacan una torre poligonal, situada en un extremo, que está llena de ladroneras, y la Torre del Homenaje, más sencilla pero de gran altura, con buenas vistas de la cercana Sierra de Leyre.
En las dependencias interiores veremos una magnífica exposición sobre la vida de San Francisco Javier, con ologramas que representan algunos de los principales momentos y milagros ocurridos en ella.
Iglesia de Santa María de Sangüesa |
Santuario del Castillo de Javier |
SALUDOS
EL RURAL
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