...había muchos días en que él la mandaba los besos en un mensaje. Los
encerraba entre dos paréntesis del texto para que no se perdieran en
el camino de los besos inútiles, luego pulsaba el clic que los enviaba
a su boca, a su cuello, a sus manos, a su cuerpo, a su corazón...a
ella entera. Le mandaba los besos desde lejos pero siempre se
aseguraba que la llegaran como recién salidos de sus labios, que ella
sintiera su cariño muy cercano. Unos días eran blancos, otros húmedos,
cálidos, con sabor a menta o de caramelo...le gustaba variar y
elegirlos distintos para que ella se sorprendiera y cada vez que
recibiera uno fuera como el primero.
Pero hoy era un día especial y hoy, por tanto, tenia uno muy especial
preparado. Incluso le pondría un nombre, lo llamaría "dos pasos".
Hoy no hacían falta los paréntesis, ni el clic, ni el cartero del éter...
Hoy ella solo tenía que dar dos pasos...
Hoy el estaba tan cerca que ella solo tenia que dar dos pasos para
recibirlo directamente de sus labios....
Roy Batty
¡¡Fantástico!! Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarAdso
Me ha emocionado.
ResponderEliminarRoy es el último de la casta de William Wallace. Es el último poeta guerrero. Gracias por este momento ( y por todos los demás, también).
ResponderEliminarBuenísimo, me ha encantado. Gracias
ResponderEliminarEs una de las cosas mas bonitas que he leido hace tiempo.Gracias Roy
ResponderEliminarMabilia.-
uno y mil placeres vividos y sin vivir para compartir con vosotros. Un Saludo del replicante Roy.
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