EL PAÍS, 15 de diciembre de 2011
Una nube de gas, con una masa equivalente a tres veces la de la Tierra, está cayendo en el gran agujero negro del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Los bordes de la nube (de hidrógeno y helio) ya se están deshaciendo y en un par de años se habrá desgarrado toda ella para ser después engullida por el agujero. El proceso se completará en unos pocos años, calculan los astrónomos, entusiasmados porque pueden observarlo en tiempo real.
“Los próximos dos años serán muy interesantes y seguramente nos proporcionarán información ´de enorme valor sobre el comportamiento de la materia alrededor de un objeto supermasivo con este y su destino final”.
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