En busca del Anticristo

Había una saga de películas de terror que me gustaron en su día, La profecía y sus secuelas, donde el Anticristo hacía irrupción en la Tierra, y unos pocos desgraciados tenían que hacerle frente. También ha dado juego para obras maestras como El día de la Bestia o La semilla del diablo (tal vez el bueno de Clark Kent quiera deleitarnos algún día con estas críticas). El Apocalipsis es un libro terrorífico en el que se habla del Anticristo, y además se dan señas de cómo tiene que ser; en concreto, el detalle del número de la bestia, el 666, es de lo más curioso.

Vamos, que el Anticristo tiene que llegar. Aunque tal y como están las cosas hoy en día, juraría que el Anticristo ya está entre nosotros desde hace tiempo. Y para quedarse. La cuestión es, ¿quién es el Anticristo?

Parece que el demonio debe tener cuernos y rabo, pero esos son dos atributos que tiene mucha gente, y no por eso son Anticristos. ¿Dónde tenemos que buscarlo, qué aspecto tendrá?

Vaya por delante que yo creo que es Teddy Bautista, pero abramos un poco las miras. Según la industria del cine, por fuerza tendría que ser de los Estados Unidos, que es donde pasa todo; allí aterrizan los OVNI’s siempre, se producen los robos más gordos, las enfermedades más raras, ¿por qué no iba a ser el Anticristo yanqui? Lo que pasa es que pensando en personas concretas, no caigo en quién puede ser, asumiendo que no se tratará de aserrador de Minnesota ni un taxidermista de Wisconsin, como razonaría el siempre sabio Diogenes. Desde luego, Obama no, aunque entre los premios Nobel de la paz más de uno podría ser sospechoso. Bill Clinton sería un desprestigio para el demonio, y Bush parece demasiado tonto. Tenemos a Dick Cheney, que es un granuja redomado, pero no me cuadra, probablemente sólo sea un avaricioso peligroso.

Hollywood es un buen lugar para buscar. Charles Manson era un excelente candidato, pero se ve que le quedaba grande el puesto, porque a la primera bestialidad le metieron en la trena, y por muy Anticristo que seas, desde allí no hay quien haga el mal; así que no. Y no me parece que sea lógico buscar entre los que parecen malos per se, los mafiosos o facciosos, por ejemplo, Robert de Niro o Anthony Hopkins. Yo más bien pensaría en gente insoportable como Jim Carrey. Pero tampoco, creo que por ahí vamos mal.

Y si no es norteamericano, desde luego que a lo largo del planeta sobran candidatos para merecer ser el Anticristo, criminales en masa, asesinos en serie tolerados, caudillos, tiranos, premios Nobel, directores de agencias de rating, pero siempre pienso que el diablo es más inteligente como para meterse en la piel de semejantes salvajes.

Fuera de los delincuentes tenemos una amplia gama de sujetos que por lo deplorable de sus actividades, podrían serlo. ¿Por qué no Justin Bieber, o Enrique Iglesias? Hay personajes que podrían postularse, aunque después lo descartemos. Por ejemplo, Mourinho sería un perfecto Anticristo, pero es demasiado obvio. Y Berlusconi demasiado escandaloso. Del Papa y los ayatolas no hablo, aunque…

A estas alturas del texto estoy seguro de que mucha gente estará pensando que soy un cerdo machista. ¿Por qué tiene que ser el Anticristo un hombre? La mujer también tiene derecho a ser una endemoniada, y a mucha honra. Primeras nominadas: Hillary Clinton (ésta sí) o Condolezza (aunque está de capa caída). Personalmente me “pondría” mucho más si el Anticristo fuera una actriz porno-neumática californiana, o Jennifer Lopez, o Scarlett Johansson, pero eso es cosa de mi trastorno. Tengo que comentárselo al Dr. Coyote.

Me encantaría que el Anticristo o Anticristesa fuera español o española; sería un toque cañí estupendo y quizás nos proporcionaría prestigio en el exterior. Los primeros en la lista se pondrían Rajoy, Rubalcaba, Artur Mas… Ya les gustaría, pero no dan la talla ni para eso, tendrían que conformarse con ser mamporreros del Anticristo. No. Urdangarín hubiera sido un buen Anticristo, rico, guapo, exitoso, bien situado y granuja, pero ha salido rana y se ha dejado pillar. Jordi Hurtado daría el pego, porque tantos años ahí no pueden ser casualidad. Aunque por merecimientos, Tele 5 tiene la mayor densidad de candidatos: Belén Esteban, Jorge Javier, algún Matamoros de esos, y no sigo.

Y creo que influenciados por esas películas que citaba al principio, tendemos a identificar al Anticristo con un personaje poderoso que no se sitúa en primera fila de la fama; Strauss-Kahn posee un perfil bueno, pero resultó ser un vulgar sadiquillo, qué decepción. Y la Duquesa de Alba, con su boda ha ganado en escorrozo y regodeo pero ha perdido puntos (¿y el marido?, mmmm).

Yo más bien me inclino por alguien que provoque el terror, pero más al nivel de la calle, que haga temblar sólo con pronunciarse su nombre, como por ejemplo Tamara (la mala), Georgie Dann o Terelu. ¿Será Bigote Arrocet el Anticristo?

Voy a mirarme la cabeza, no vaya a ser que tenga grabado el 666 y sea yo, que no me extrañaría nada, con los pensamientos impuros que me invaden cuando veo la última página del AS.