“Ha llegado a su barrio el relatero: se glosan relatos sobre sillas, sillones, butacas, mecedoras, descalzadoras y toda clase de historias que tenga usted a mano…Directamente de fábrica y a precios sin competencia…”
¡Vamos, que se nos pasa el arroz! ¡Qué quedan quince días! ¡Venga, a escribir!
¡Vamos, que nos vamos!
Un poco más y no llego.
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