Durante la madrugada del viernes último,
se celebró junto a los servicios del Parque Municipal un selecto botellón al
que, entre otros distinguidos frikys, asistieron el Mojo, el Coca, la Pito y un número considerable
de coleguis…
Ellos vestían elegantes vaqueros
estratégicamente decorados con manchas de grasa y remiendos. Estos últimos
contrastaban con los rotos que, en la zona trasera de las chicas, realzaban el
atractivo de los mini-tanguitas cuyas hilachas destacaban sobre la cinturilla
de las minifaldas. Entre las damas sobresalía La Pija. Recientemente
galardonada con el premio “La más guarra”, lucía una originalísima falda vaquera
cuyas atrevidas líneas, en un alarde de economía textil, lucían un hermoso
agujero “total” que mostraba al respetable su precioso glúteo izquierdo. Éste,
el glúteo izquierdo, lucía un “alto dignatario eclesiástico” producto de su
último encuentro con la bota del Mula.
El jolgorio fue amenizado con la música de
diez utilitarios y cinco descapotables que, a todo trapo, extendían sus
decibelios hasta las viviendas cercanas. Desde ellas respondía la voz en
directo de algunos vecinos recordando a los presentes los múltiples defectos de
sus antepasados.
El botellón terminó a altas horas de la madrugada
con la colaboración de cuatro vehículos de la pasma que, desde lugares
estratégicos, ducharon con agua enjabonada al personal participante en el
evento al tiempo que los invitaban, una vez aseados, a abandonar el recinto.
Manuel Cubero Urbano
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