Siempre dices
sentir mariposas en el estómago, yo te envidio. ¿Es eso el amor? Acaso mi vida entera está
equivocada por culpa de esta ausencia…
Te miro fijamente y trato de imaginar el batir de las
alas bajo el diafragma. Cada vez con más intensidad, las pupilas temblando y la
sal mojándome el borde de las pestañas.
Ni rastro de tus mariposas.
Hoy atrapé una
docena, fue complicado, pero logré
meterlas en la boca. Se agitaron en mi paladar llenándome la lengua de un polvo
amarillo que escocía entre los dientes. Después silencio… ¿Seré acaso incapaz
de amar?
Olivia Marfil
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