La brevedad… esa es la vida; es un
cigarrillo en combustión. Nos consumimos en el fuego abrazador del tiempo, y lo
que queda es humo y cenizas. Vida miserable y maldita. ¿Qué es lo que haces tú?
– Preguntó Cleveland, luego dio una
fumada al cigarrillo y apuró su cerveza.
-Solo soy el espectador del mundo,
además ¿qué quieres que haga? Ya he
hecho todo. – respondió Dios. -Pensé que dirías eso – dio otra fumada y echó
otro trago. El sol se ocultaba progresivamente. -¿Qué me dices de la muerte? –
-La muerte es la finitud de la carne, mas
no la del espíritu – y Dios miró hacia la ventana para ver el último rayo de
sol de aquella tarde.
-Tú que has hecho todo… yo lo destruiré.
Tú que has creado esta vida… yo la terminaré – Cleveland dio el último trago a
su cerveza, luego se levantó y blandió un revolver. Puso el cañón del arma
sobre la cabeza de Dios. – No has vivido la muerte. – Dios no se inmutó. –Lo único
que no has hecho es morir. – Cleveland jaló del gatillo y el proyectil impactó su
rostro. Luego, una figura resplandeciente se irguió sobre el cadáver; era Él;
resplandecía como el sol. Cleveland apuntó una segunda vez, y disparó. Fue un
sonido formidable, y la imagen se hizo pedazos. Cleveland se asomó por la
ventana, una corriente de aire le dio en el rostro; tenía el aroma de la
libertad; él lo sabía. Pensó; “la vida ha cambiado, la muerte no existe más.” Y
luego, dio la última fumada al cigarrillo.
Octavio
Rezende
muy bueno, especialmente original. Por momentos raya el delirio...o será que me estoy poniendo incrédula?
ResponderEliminarcomo sea, felicidades
un saludo