domingo, 19 de mayo de 2013

Teruel existe 3/3

    Pero no debemos abandonar estas tierras sin visitar la capital, Teruel, una ciudad que nos sorprenderá gratamente por sus muchos encantos.

Torre de San Martín
     Para empezar hay que decir que las torres mudéjares de Teruel son Patrimonio de la Humanidad. Se refiere a la Torre de San Martín, la del Salvador, las torres de la catedral y la de la iglesia de San Pedro.

     Las de San Martín y El Salvador son muy similares, de extraordinaria belleza, con abundancia de elementos decorativos, muchos de cerámica de distintos colores. La segunda se puede visitar y subir hasta el campanario, desde donde tenemos excelentes vistas de toda la ciudad y las sierras colindantes.

  
Catedral
Magníficas también son las torres y cimborrio de la catedral, a la que debemos acceder de manera inexcusable para asombrarnos con la belleza incomparable de su techumbre interior, un artesonado policromado que podremos observar muy de cerca subiendo a las pasarelas que hay en la parte alta del templo. Al lado de éste se encuentra el bonito ayuntamiento.

     Nos faltaría la torre de la iglesia fortificada de San Pedro, a la que también se puede subir haciendo la visita al interior del templo, que es de gran belleza, cuya parte alta también se puede recorrer por el adarve, lo que nos indica su antigua función defensiva.

    
Mausoleo de los Amantes
Anexo a esta iglesia se encuentra el Mausoleo de los Amantes, donde se encuentra la extraordinaria escultura-sepulcro de Juan de Ávalos, que representa a la pareja intentando unir sus manos, pero sin llegar a conseguirlo, en línea con los hechos documentados en el medievo, sobre los que nos dará más detalles la exposición que hay en la sala. Al observar la escultura, no olvidemos levantar la mirada para contemplar la preciosa cúpula que corona el espacio.

  
Plaza del Torico
La ciudad cuenta con otros lugares de interés, como la Plaza de San Juan, llena de edificios públicos de estilo mudéjar; el Museo Provincial, ubicado en un antiguo palacete de hermosa galería porticada en su planta superior; un tramo largo de acueducto del siglo XVI bien conservado; algunos paños y torres de la antigua muralla; o la Plaza del Torico, bonita y siempre animada, en el centro de la que hay una alta columna sobre la que se asienta una pequeña imagen del símbolo de la ciudad, un toro.

     Junto a la estación de tren, no nos perdamos la escalinata que sube a la parte antigua de la ciudad, de increíble belleza, y que ya ha recibido varios premios de arquitectura.

    
Escalinata
Y ya que estamos en la parte baja de la ciudad, se antoja un paseo por las verdes, arboladas y arregladas riberas del río Turia, que adopta este nombre desde que a la entrada de la misma confluyen el Guadalaviar y el Alfambra, denominación que ya no perderá hasta su desembocadura en Valencia en el mar Mediterráneo.

     Para terminar, a las afueras de Teruel se encuentra Dinópolis, un parque temático sobre el mundo de los dinosaurios, que hará las delicias de niños y mayores.

     Hasta aquí nuestro recorrido por estas tierras. Como pueden ver, Teruel existe, y además tiene una existencia maravillosa.

     Un saludo y hasta la próxima.

EL RURAL

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