viernes, 24 de enero de 2014

El sueño

Soñar con tu exmujer, diez años después de divorciarte, no parece que sea muy normal. Y no me refiero a ensoñaciones, pensamientos más o menos conscientes, fruto de un oculto y remoto deseo de volver a estar con ella. ¡Eso sí que sería realmente grave! Hablo, más bien, de ese estado onírico en el que te sumerges mientras duermes y que te puede conducir a situaciones verdaderamente inverosímiles, como volar sobre un gran dragón rojo, ser adiestrador de elefantes en la India, o predicar una bella homilía desde el púlpito de una oscura iglesia del siglo XVI. Pero soñar con tu exmujer, cuando hace tanto que no sabes de ella… Vamos, hombre, ¡no me jodas!
El caso es, no obstante, que anoche, durante mi última cabezada en prisión, soñé con ella. ¡Y encima soñé que le tocaba el culo y los pechos! Ya me vale, lo sé, pero ¡qué coño! ¡Uno no elige el contenido de sus sueños!
Y ahora estoy aquí, en la puerta de la cárcel, preguntándome qué puede significar soñar algo así justo antes de que te suelten. Cierro los ojos y levanto la cabeza, como si mirase hacia el cielo. Puedo entonces olfatear el dulce perfume de la libertad, mientras que una sonrisa de satisfacción se define en mi ancha boca. Alertado por una cálida y viscosa sensación en la misma, abro a continuación los ojos, para ver alejarse al pajarico que acaba de cagarse, con inaudita puntería, sobre mis otrora sonrientes labios. ¡Ese que ahora llega a mi nariz debe de ser el verdadero aroma de la libertad!
Tras limpiarme el morro como buenamente puedo con la manga de la camisa, miro hacia atrás y contemplo, por unos instantes, la silueta de la prisión en la que tantos años he pasado. Quizás tendría que haber visto menos películas como Pulp fiction y, por el contrario, haber leído más novelas de policías y ladrones, en las que siempre solían ganar los primeros. Puede que así no hubiera acabado con mis huesos entre aquellas restrictivas rejas y paredes, alejado de mi exmujer.
Tal vez, incluso, debí ver y leer más comedias románticas tanto en formato dvd como en papel, que me enseñasen a apreciar y valorar positivamente la falta de libertad que una pareja y una vida familiar te imponen. Supongo que así no habría tratado de escapar de ambas por el peor camino posible. Sobre todo para ella.
Lo cosa es que sigo sin tener clara la razón del sueño de anoche. Supongo que la vida es, a veces, un sinsentido, así que, por eso mismo, lo primero que haré será acercarme a donde envié a mi exmujer, hace tantos años. Pero como me da vergüenza acudir allí con las manos vacías, le llevaré, si es que mi exfamilia política no me lo impide me consta que aún me odian por lo que le hice, un ramo de flores a su tumba…


Sergio Reyes Puerta

3 comentarios:

  1. jooo sergio ¿ pero esto es tuyo? una pasada!!!! y un feliz ,que no esperaba,divertido. jajajajajaja. saludos. loli ceferino

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  2. un feliz no... queria decir un final divertido que no esperaba. es que tengo el corrector que pone lo que le da la gana

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  3. Jajaja Loli, creo que he visto hoy tu comentario años después jajaja, un abrazo y gracias

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