Van
pasando los días, la gente se va oscureciendo, trasformando su miedo en
sonrisas desesperadas, manipulados por corazones de madera, sin culpa ni dolor.
Superando
la mediocridad, día a día, por un lucro personal e inmoral.
Nada
nos queda.
Solo reproches mudos, cosidos por la
desesperación, que algún listo paga con mobiliario urbano.
Y
no olvidarme del país donde he nacido, un sitio en el que cotiza la mierda y lo
bello es perseguido e incomprendido hasta la saciedad.
¿Dónde
quedó la bondad? Nos ha abandonado como a un juguete viejo, solo quedan las viejas historias bonitas, recuerdo
efímero e invisible.
¿Y
qué os esperabais que iba pasar en este país llevado por fenómenos que se pasan
el día vomitando sandeces? ¿Realmente alguien cree que está haciendo algo por
nosotros?
¿Soy
yo el único que cree que las armas son para los débiles? Si emplearan esa plata
para comida se habría acabado el hambre. La ignorancia y la maldad son almas gemelas. ¿Cómo no va haber crisis? La
hay, de sentimientos. Algunos añoran riquezas
vacías, son los mismos que buscan su consuelo en la tragedia ajena y que
no consumen besos.
Dejando
estas palabras que volaran sin dueño, recorriendo con desenfreno el tiempo, cayendo
así en la tela de araña del recuerdo, quizás nunca encuentre una comprensión actualizada.
Mis
días siguen pasando mientras me fumo las dudas.
Me
he dado cuenta de que me he manchado con ceniza de la incomprensión.
Bieito Moon
No hay comentarios:
Publicar un comentario