martes, 25 de febrero de 2014

La ruleta rusa

Formaba parte del ingente número de mujeres que son engañadas bajo la promesa de una vida mejor. Esperaba aquella noche como las demás, frío y alguna gente que la utilizara como mera mercancía sexual a cambio de poco dinero. Tuvo que ser peor aún, todo se truncó por la voluntad irracional de unos neonazis que proyectaron en ella la ira de sus frustraciones. Fueron cobardes: pasamontañas, bates de béisbol  y poca compasión. Un cóctel nada humano. Consiguió salvarse, muy doloroso sí, pero aquello era pasado. Su presente era ayudar a otras chicas  para que dejaran ese mundo y no fuera necesario sufrir vejaciones de ningún tipo.
Al único neonazi que pudo reconocer no le había pasado nada, ni siquiera se atrevió a denunciar. Sentía pánico. Aquel chaval, al contrario que ella, vivía desahogadamente, su familia ocupaba una buena posición. Esto no es garantía de nada, no siempre tenía porque ser así, de  hecho, no lo fue. Su padre perdió su buen empleo y no pudo hacer frente a diversos pagos que les abocaron a la situación en la que ahora se encontraban, su presente. Al igual que en aquella mujer, el pasado era humo.
Un día, unos meses más tarde, le tocaba ir a acompañar a dos chicas al comedor social para que vieran el funcionamiento de éste y pudieran ir, en la próxima ocasión, por si solas. Aquellas chicas tenían vergüenza pero la necesidad se antepuso a esta. Cuando entró, vio algo que desencadenó una fuerte respuesta fisiológica: su corazón se salía del pecho, ganas de vomitar y sudores intensos. No podía ni tan siquiera hablar ¿Qué era lo que había visto? La cara de aquel neonazi, el que había perdido su pasamontañas.  Es difícil asegurar si el la vio o no, pero aún, en ese caso, se hubiera mantenido cabizbajo y vergonzoso, tal y como estaba en ese momento.  Francamente, ella se alegró, una pequeña dosis de justicia. Parecidas condiciones objetivas los habían llevado a situaciones similares ¿La diferencia? Su presente era más esperanzador que el de aquel chico y su familia. Eran malos tiempos para la prepotencia.


Oiseaux

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