Érase un día que Dios
despertó a Voluntad, a Sabiduría y a Esperanza. El cielo inspiraba a ser y un
futuro.
Pero cuando se fue Dios
volvieron a dormir.
Al regresar Dios,
despertó solo a Voluntad, pues Sabiduría y Esperanza no pudieron despertar.
Voluntad sigue, aunque
Dios se vaya (quien la mira, la observación; lo milagroso).
Dios genera Voluntad.
Voluntad no se acaba
con la ausencia (muerte).
A Voluntad no la llevan
los sueños; ella lleva a los sueños.
Karina E. Obertini
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