Brunetti es el contrapunto al detective americano duro que tanto nos gusta. Y seguramente por eso Brunetti nos gusta tanto como los otros. Es un tipo culto, sensible, nada solitario, con lo que ahora se llama familia estructurada, con inquietudes sociales, con buen fondo y buenas formas.
En esta tiene que trabajar con romaníes, que es la forma políticamante correcta de llamar a los gitanos en la policía italiana. Con Venecia de decorado, Brunetti comprueba que la miseria económica y la miseria moral siempre terminan por darse la mano en esto que, tan pomposamente, llamamos sociedades avanzadas.
Donna Leon es la que dijo que Stieg Larsson era "patológicamente malo", cuando leyó la primera parte de al trilogía.
ResponderEliminar