Nadie debe morir en Lisboa, una ciudad de vida. Pero una joven es asesinada, y abre el armario en el que se ocultan otros muertos, muertos antiguos y olvidados. Y al Inspector Zé Coelho la muerte ya le ha castigado donde más duele, y la muerte le obsesiona.
Zé Coelho es bueno, como los buenos de las películas de los años treinta, y sufre, porque los buenos sufren. Y se enfrenta a la maldad en presente y a la maldad en pasado, y una maldad superlativa, sin escrúpulos, que viene de tan antiguo... De cuando un hombre se creyó Dios y otros otros hombres le creyeron a él.
Una novela extraordinaria y dos personajes, bueno y malo, no menos extraordinarios. Y al final, pirueta con doble mortal con tirabuzón. Para no perdérsela.
¡Coño, si no es sueco!
ResponderEliminarTiene muy buena pinta. ¿Al estilo de Philip Kerr?
Más humano y menos cinematográfico... pero igual de bueno.
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