Cojo mi libro (que no falte) e inicio la subida, durante la cual no hay ninguna sombra, por lo que acelero mi paso con el deseo de llegar arriba cuanto antes, y cobijarme en la sombra que dan los muros de la torre.
Cuando llego al pie de ésta, se me escapa una sonrisa irónica al ver el letrero que explica algunos datos históricos y actuales sobre ella. Viene escrito en español y en inglés, como si por aquí pasara algun mortal que hable otra cosa que no sea el castellano...
Observo la atalaya, alta, ancha, de gruesos muros, más grande, sin duda, que la Torre del Homenaje de muchos castillos. En la azotea se ve el revoloteo de las chovas piquigualdas, que tienen su guarida entre las almenas. Bajo éstas, me llama la atención la marca que aún permanece, después de siglos, de algun líquido que fue lanzado desde arriba contra los que estuvieran en ese momento tratando de conquistar la torre, probablemente aceite hirviendo.
Pero hay algo más en este lugar que te hace levantar la mirada del libro de vez en cuando: las impresionantes panorámicas que desde aquí se observan. Se puede intentar hacer una descripción, pero nunca será lo mismo que estar allí y verlo con tus propios ojos: el valle del Duero durante decenas de kilómetros, con sus sotos, sus montes, sus encinares y pinares, sus pueblos, sus campos cultivados, sus viñedos, sus huertas, y al fondo, hacia el sur, el Sistema Central.
Y así, entre lectura y observación, paso mi sobremesa veraniega en "mi atalaya".
Se ha hecho media tarde y es hora de bajar, lo que hago con cierta nostalgia, que se me pasa enseguida al pensar que ahora toca introducirse en alguno de los parajes naturales que desde arriba observaba.
Segun me alejo, echo la mirada atrás y, como si la torre me oyera, se me escapa una frase: "Adiós, mi atalaya, y gracias. Hasta mañana".
EL RURAL...
...desde la torre de Langa de Duero (Soria)
Eso si que es una gran sala de lectura.Uno de los mayores placeres es la lectura en entornos naturales.Animo y sigue contagiándonos tu amor por la naturaleza.Un saludo desde el bus.
ResponderEliminarGracias, amigo Rural por ese soplo de calma.
ResponderEliminarHoy, casualmente, se publica tu relato "Regreso a la vida".
Gracias de nuevo.