Un humeante café, dos vueltas con la cuchara al azúcar que
nunca añado y el cigarro que arrojo hacia la pared que me impide ver la luz. En breve instantes siento el calor y el crepitar de unas
cortinas que se deshacen más rápido que la última calada. Bob Dylan dispara un ¿Qué se siente? que se clava directo al
corazón. Le respondo que no sé si son mis sueños desparramados por el suelo,
besos fugitivos o el retrato de la envidiable pareja de Freewheelin los que me han impulsado a mandarlo todo al traste. Sé
que me escucha pero insiste repitiendo la misma pregunta.
Contemplo la escena
con unos ojos que lloran vencidos al humo. Pinto mis labios, me suelto el pelo
y bailo al compás de las llamas frente al espejo. Le reto con mis cánticos y
movimientos desinhibidos. He perdido el reflejo de esa niña para encontrarme
una mujer en ropa interior subyugada al ritmo de la vida.
Seis minutos de éxtasis interrumpidos por el revuelo de
vecinos que golpean la puerta. Selectiva, sólo invito a la fiesta a unos
apuestos bomberos que seducidos por la música me cantan a coro NENA, eres LIKE A ROLLING STONE.
Mercedes
Daza García
No te lo vas a creer, pero me pongo a leerlo y suena por la radio el Like a Rolling...
ResponderEliminarMuy bueno Mercedes.
Abrazos
Esa es buena señal, amigo!!!
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