Ahora es
cuando te das cuenta de que un coche es sólo un montón de hierros que te lleva
de un sitio a otro. Que los vaqueros de marca te tapan el culo igual que un
pijama de borra. Que el teléfono de última generación no te conecta más con los
que quieres que uno de diseño prehistórico. Que las sardinas de marca blanca
saben a caviar si todos los tuyos están sanos. Que el apartamento de la playa
sólo es estupendo si puedes ir a la playa. Que un prominente fondo de pensiones
no salva la vida.
Ahora
empiezas a saber el valor que tiene la tranquilidad de tener a los que quieres
a salvo. Lo que vale una risa, una conversación interesante, un baile, una
cerveza rodeado de amigos. El valor de las personas anónimas que están a tu
alrededor. La importancia de una limpiadora. Que a los ancianos los cuidan
personas que viajan en vagones de metro atestados. Que la basura se recoge
todos los días, que los periodistas te cuentan la actualidad. Que el mundo no
empieza ni termina en una hipoteca, que tus impuestos sirven para pagar el
salario de médicos y enfermeras. Que los policías y los soldados tienen sentido
del humor y también lloran.
Los
viejos, esos que se están muriendo después de dejarse la vida para traerte
hasta aquí, dicen a veces que una hostia a tiempo es mano de santo. Y no les
falta razón...
Ahora que
duele...no lo olvides.
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