Era un cántico que le dedicaban las aficiones rivales. Decía
“¡Qué borracho es, Luís Aragonés!”. No tengo ni idea de si estaba basado en la
realidad o lo provocaba ese aspecto un tanto desaliñado que tenía el maestro,
pero a mí nunca me molestó. Porque siempre creí en aquella máxima de “La Romántica Banda
Local” que decía que los borrachos somos gente inquebrantable. Y para
inquebrantable, éste.
Hoy he llorado como un descosido viendo las imágenes del
homenaje del Calderón, leyendo las cartas de sus jugadores, es especial la de
Xavi, escuchando las declaraciones de Iker en la radio, releyendo las mil y una
anécdotas que dejó allí por donde pasó, mirando sus fotos, viendo como a su
homenaje se sumaban madridistas, culés, sevillistas y seguidores de otros
equipos, muchos de ellos portugueses y sudamericanos.
A él y a sus jugadores les debo el mejor momento futbolístico
de mi vida, la Eurocopa
de 2008. Es cierto que el Mundial es más. Pero cuando llegó el Mundial yo ya
creía en nosotros mismos. Gracias a la Eurocopa.
Nunca pensé que pasaríamos de cuartos, como siempre. Nunca
pensé que llegaría a ver a la selección ganar ningún torneo importante. Pero no
contaba con el “Zapatones”.
Los tipos como él son los que hacen más grande el mundo.
Directos, descarados, románticos ( si lo sería que se empeñaba en negarlo
constantemente ), apasionados en sus amores ( hasta el punto de dejarlo todo
para sacar a su Atleti del pozo de segunda ) y eternamente jóvenes, por más que
les baile la dentadura postiza. Porque sólo un corazón como el suyo podía
conectar de la forma en que lo hacía con sus jugadores. Hablándoles de usted,
pero diciéndoles las cosas que les diría un amigo de su infancia.
Protegiéndoles, cargándose los errores a sus espaldas, capaz de organizar un
“sarao” para atraer la atención de los medios y conseguir así aislar de
polémicas a sus chicos. Listo y generoso.
Sus peinetas, sus “ganar y ganar”, sus “¡míreme a los
ojitos!”. Alguien me contaba ayer que Romario decía que ojalá le hubiese tenido
de entrenador a los veinte años. Etoo le consideraba como un padre, Reyes se
convenció de que era mejor que Henry, a Futre le decía que se iba a encerrar
con él en una habitación y se iban a dar de hostias y tengo la impresión de que
todos los que compartieron tiempo, no sólo fútbol, con él, terminaron por
adorarle.
Necesitamos Luises Aragoneses. Imperiosamente. Necesitamos
gente que nos recuerde lo que somos. Y que vamos a salir ahí a ganarle a la
vida, por todos los que nos quieren y darían la suya por nosotros.
Don Luís, cuente conmigo para esta final. Este partido lo
vamos a ganar.
Grande Luis. Grande entre los grandes. Alguien con principios y fiel a sus ideales. De los más criticados por la prensa y de los más queridos por los profesionales del balonpié. Que se hallan unido en elogios jugadores de tantos equipos dice mucho de la profesionalidad de este hombre. Siempre estará entre el fútbol español.
ResponderEliminarMuchas gracias Luis por lo que has aportado al futbol en general y al Atlético en particular.
ResponderEliminarLa victoria de ayer a la Real Sociedad va dedicada a ti.
Momentos muy entrañables vividos ayer cuando jugadores de distintas épocas del Atlético sacaron una pancarta muy grande que hacia las veces de tu camiseta con tu número """"8"""".
Siempre te llevaré en el corazón ya que te he visto desde pequeña como has sido un buen entrenador.-
Gracias por todo Luís. Gracias por todo lo que hiciste como jugador, gracias por todo lo que hiciste en todos los equipos a los que has entrenado, y gracias por lo que hiciste en la selección, por darnos una de las más grandes alegrías futboleras al lograr la Eurocopa 2008, y por marcar el camino de lo que vino después.
ResponderEliminarComo aficionado al fútbol y como español, GRACIAS. Descansa en paz.
EL RURAL