Antes tu balcón podía verse desde el mío, ¿cuánto tiempo las
ramas de un flamboyán demoran en crecer un par de metros? El necesario para olvidarnos de quién soy.
¿Te das cuenta?, nuestros hijos no podrán jugar siempre juntos como hacíamos
nosotras. Sí, enseguida lo he notado. Entonces, ¿para qué los has traído?
Míralos, se divierten con los tuyos al pie de nuestro árbol. Tus raíces son las
de ese árbol, no las suyas; las suyas serán acaso las de un pino, ¿hay pinos
donde viven? Hay abetos, los abetos son los árboles de navidad. Nosotros también
tenemos navidad. Pero con árboles de fantasía. ¿Habrá algún lugar donde los
abetos y los flamboyanes crezcan juntos? No lo sé, los abetos crecen mucho más.
Quieres que tus hijos se parezcan a ellos, y sin embargo le muestras la belleza
de los árboles más bajos. Tengo miedo, después podrían no reconocerme. No lo
harán, no permitas que acaben tomándonos cariño, tu casa ahora está entre los
abetos. Pero yo estoy detrás del flamboyán.
Gretel
Quintero Angulo
No hay comentarios:
Publicar un comentario