lunes, 30 de septiembre de 2013

Lágrimas de salvación

La tristeza le desolaba, pero aún así, no consiguió llorar. No comprendía por qué se podía hacer daño a algo tan hermoso.
Buscó ayuda entre sus iguales para evitar la tremenda tragedia que poco a poco iba adquiriendo proporciones descomunales. De nada sirvió, todas decían lo mismo; No podemos hacer nada.
Mientras tanto, miraba impotente desde su atalaya como el bosque se consumía preso de las llamas.
Observó cómo los animales huían despavoridos sin rumbo fijo, solamente con la única idea de escapar de aquel infierno.
Se enojó con el sol. Le suplicó que se marchara, pero éste no le hizo caso. Intentó forzar su llanto, más no consiguió derramar ni una sola lágrima.
Abatida, asistió al espectáculo del cual nunca hubiera querido ser asistente.
De repente, un rayo de esperanza se acerca sobre el lugar. Escuchó ruido de sirenas. Vio a gente organizándose para la batalla y eso la alegró. Más tarde comprobó llena de rabia que en este tipo de guerras, aunque se controle, aunque se extinga, siempre hay un solo vencedor: EL FUEGO.
Pasaron varios días. Aquello que antes era verde y arbolado, ahora era negro y desértico. Donde había vida y cantos de jilgueros, solo quedaba soledad y silencio.
Ella y sus compañeras miraban apenadas en que se había convertido aquel paraje de ensueño. No pudieron controlar la tristeza y todas comenzaron a llorar.
Sobre los restos de madera quemada y cenizas…comenzó a llover.


Domingo Ceborro Fernández

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.