En los diálogos de Platón, si se lee con
detenimiento, notamos que la Academia estaba rodeada de lirios. Luego, durante
las caminatas alrededor del Liceo, los alumnos de Aristóteles se enredaban
entre orquídeas. Demás está comentar el famoso jardín de Epicúreo, el lugar de
meditaciones de Buda y las flores de loto de Osho. Incluso
en América, Netzahualcóyotl construyó un
jardín al cual convocaba a todos los sabios; sin contar que in xochitl in cuicatl, conjunto de
palabras en lengua náhuatl para designar a la poesía, significa flores y canto.
Ahora bien, ¿qué pasaba con los jardines de entonces
que producían tanto?
O mejor aún,
¿Qué pasa con los modernos que sólo producen
insectos?
Amanda
Rosa Pérez Morales
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