Es un bar, de barrio pequeño, pero no
oscuro. Situado en el centro de valencia, en el barrio antiguo del “Carmen”. Su
dueño se llama Juan, es un hombre de cincuenta y dos años, que después de
quedarse en el paro, decidió coger sus ahorros y correr el riesgo de montar su
propio negocio. No es un bar muy lujoso, pero esta limpio y es el lugar de
reunión preferido de muchos parroquianos. El bar se llama así en honor de
Marilyn Monroe, desde muy joven, Juan era fan de ella. Y cuando abrió el bar lo
decoro con fotografías de ella y posters de sus películas, también alguna
figura de ella decora el local. Sus paredes están decoradas la mitad con madera
y la parte superior de ladrillo natural barnizado.
En el, todos los días, trabajan su
mujer, un hijo adolescente, que estudia a la vez informática y programación, Juana, una mujer
divorciada de cuarenta años y él. El bar
ha vivido historias de todo tipo, rupturas de parejas, peticiones de mano,
comidas familiares y de amigos. También peleas y discusiones, entre los parroquianos,
y la desagradable sensación de un robo. Una noche cuando estaba cerrando un
grupo de personas entraron amenazando con una pistola a su esposa y a Juan, le
rompieron botellas y mobiliario, por lo que él siempre califico de botín
miseria, cinco mil pesetas y dos botellas de whisky. Pero eso no le cambio el
humor, un poco de miedo si que le metió, pero eso es agua pasada. Él siempre piensa “que sino arriesgas no ganas”
Por eso sigue abriendo y cerrando todos los días superando el miedo y la crisis, junto a su esposa Marta.
El amor de su vida y la persona que desde el principio estuvo a su lado y le
apoyo.
Y como todos los días hoy el despertador
vuelve a sonar a las seis de la mañana, Juan y Marta se vuelven a levantar
juntos, aunque Marta baja más tarde , porque se queda haciendo la casa, Juan
marcha hacia el bar, esta cerca de casa, A las seis y media de la mañana, esta
abriendo las rejas. Y fiel como todos los días Antonio esta esperando para
tomarse el primer café de la mañana, antes de irse a trabajar, siempre le
recibe con la misma frase:” ¡Hombre Juan, te has dormido, llegas tarde! Y Juan
le responde: ¡para ver si te cansas y no vienes! Y después de echarse unas
risas, comienza un nuevo día de trabajo para los dos.
Meiga
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